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MAGISTRAL DESCRIPCION

MAGISTRAL DESCRIPCION (ORO CONTRA CHOCOLATE)

MAGISTRAL DESCRIPCION (ORO CONTRA CHOCOLATE) Santi Nolla - 11/12/2009 PUBLICADO EN EL MUNDO DEPORTIVO

Es difícil que todo sea casualidad. Cristiano Ronaldo enseña sus abdominales y su gesto Hulk el día que le dan el Balón de Oro a Leo Messi. Cuando falla el penalti no celebra el gol de Benzema y los malpensados creen que es porque se le escapaba la posibilidad del numerito de la tableta estomacal. Oro contra chocolate.

Messi es un gran lanzador de faltas, aunque no es el que las tira todas. Es difícil que todo sea casualidad, pero ante el Dinamo lanza una directa magistral después de que muchos medios se hubieran pasado días enseñando la ’folha seca’ de Cristiano Ronaldo. Messi dejó claro que él también las marca a balón parado. El argentino no necesita, es verdad, toda la parafernalia numerera de Cristiano con mirada de tigre, pasos atrás solemnes a lo Guardia Real Británica ni el gesto expectante después a la espera del gol. Leo va, tira y marca.

Son dos grandísimos jugadores y Messi, hoy, es el número uno. Cristiano lo fue la temporada pasada, no ésta, aunque muchos nostálgicos no quieran aceptarlo. Lo que es evidente es que ambos responden a dos formas de entender el juego. Uno, Cristiano, disfruta haciendo repetidas bicicletas de exhibición, mientras el otro le ha puesto pegamento a la bota y el balón. Messi da la sensación de que juega para disfrutar y Ronaldo disfruta burlándose.

Cristiano es él y diez más. Messi comparte la mina (de oro) con los Xavi, Iniesta y excelente compañía con los que lleva viajando varios años. Ronaldo va cambiando los compañeros de viaje porque lo único que realmente le importa es su destino.

El excelente delantero del Madrid es el crack del espectáculo, el sensacional futbolista del Barça es el crack del fútbol. Ronaldo simboliza más al tipo esculpido en el gimnasio y Messi al chaval de hombros encogidos que patea una pelota contra una pared pintada de grafiti.

El juego es tan grande que acepta a todos y da la posibilidad de triunfar a cualquiera. Es lógico que aquí se escoja a Messi por camiseta y escudo, al igual que se elige a Ronaldo, pero más allá de la pasión hay realidades incuestionables. A Messi cualquier afición rival puede acabar aplaudiéndolo. A Cristiano da la sensación de que van a acompañarle los pitos, como hasta ahora. El gran Messi huele a césped recién regado y a reflex. Y Cristiano, a colonia perfumada y bambalinas. Oro contra chocolate